El programa fué el siguiente:
In croce (1979)
Kadenza (2011)
Impromptu (1996)
Seven Words (1982)
y los resultados mas que excelentes. Una interpretación sublime. Iñaki Alberdi entregado a la causa y causante de la aparición de la grandiosa Sofía Gubaidulina en el escenario al finalizar el concierto acompañado por Antonio del Moral.
Antonio del Moral reprendió con contundencia, con razón y con muy buenas palabras a "la filarmonía madrileña" por dejar pasar la oportunidad de acompañar a la gran Gubaidulina, maestra del arte musical y entregada compositora a la verdad y solo a la verdad "sin especulaciones" (Del Moral dixit).
El miércoles solo hubo un tercio de la entrada que a esos precios (10€ la entrada mas cara y desde 2,80€ la mas barata) no creo que fuesen impedimento para nadie ni para nada. Sí, hubo un tercio del aforo que parece un insulto a una grande entre las grandes y en su tiempo.
El concierto fue una soberbia actuación de los solistas, Marc Galobardes (violonchelo) sobresaliente e Iñaki Alberdi (bayan) sublime, cercano, implicado y entregado a la causa de la obra de Gubaidulina para bayan (acordeón ruso)
La espiritualidad, o transcendencia o religiosidad sin confesión que emana de las obras que pudimos ver en el auditorio nacional es sobrecogedora. Gubaidulina aparenta modernez (por la instrumentación, la tímbrica, los registros, ritmos, ambientes...) y contemporaneidad (uso de la percusión, tímbres bajos, agudos...). Y en realidad es, y será, todo lo contrario. Es verdad y predestinación. Es espiritual y es religiosa, con esa espiritualidad que llenará todo este siglo XXI en contra de lo que nos quieren hacer pensar los materialistas.
Bravo Gubaidulina, bravo Iñaki y bravo Antonio del Moral.
Para saber más:
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